viernes, 13 de septiembre de 2024

Un amoroso adiós

Viajes.
Los viajes empiezan, y los viajes terminan.

Muchos de ellos nunca empezarán
pero todos ellos terminarán
(el viaje de este escrito en concreto,
el viaje que iniciamos con quienes hemos elegido amar,
y absoluta y definitivamente, el viaje que me trae aquí, a escribir estas líneas, mientras respiro y lato al otro lado de la pantalla).

Muchos viajes los terminé con tanto dolor que decidí provocarlo también.
Muchos otros fueron tan insoportables, que alivié el dolor con el veneno justo para mantenerme viva e insensible.
Y más veces de las que puedo admitir, incluso me dejaron con un vacío temporal que palpitaba insípido dentro de mi pecho, mientras mi cuerpo hacía todos los esfuerzos posibles por mantenerme viva y reconstruir mi corazón.

Corazones,
amores,
pérdidas,
lágrimas sobre libros y palabras,
y a veces sobre números
(fechas y álgebra).

Lo que nunca esperé hace eones fue encontrarme con los amores que ahora estoy perdiendo mientras este corazón nuevo, resiliente, remodelado y cien veces revivido enfrenta el dolor 
sin escapar de él,
sin herir de vuelta,
y sin necesitar nada más que agua para seguir fluyendo y flotando, entre las lágrimas de alegría, amor, tristeza, melancolía y esperanza que trae el final de este viaje.

¿Por qué ahora? ¿Por qué de esta manera? ¿Por qué en este momento?
(...¿Por qué no?)

Quizás porque esta vez, cuando elegí amarte (y aprender de ti, crecer contigo y enfrentar mis demonios y perturbaciones a través de ti), lo hice sabiendo que el precio a pagar sería este dolor al final del viaje
(pero de todas las personas, tú lo valiste).

Me entrego enteramente, completamente, al amor y al dolor que siento ahora.
La lección esta vez será sentir el dulce dolor y la amarga felicidad que da la certeza de un final (como ningún otro fenómeno en el mundo).


Sin saber cuánto duraría, comencé este viaje de amarte como ahora sé que puedo.

Y el final llegó y nos tomó de la mano diciéndonos la lección más grande:
El poder sanador de un amoroso adiós.

Te amo.
Siempre te recordaré.
Gracias, infinitamente, por este viaje.

S.

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