La intensidad se había ido,
también la desgracia.
Los sentidos dormidos,
los sueños rotos,
la vorágine mareante,
el calor que no sentí,
la ternura que se fue,
la mirada vacía,
un jardín florido que no emocionaba,
una espera sosa,
un encuentro cualquiera,
una llamada curiosa,
un caminante en el jardín...
Tú.
Tu luz...
Qué bueno que llegaste a mi vida,
me llenaste de felicidad, una que no conocía,
y me diste la fe -la sigues dando- en un futuro feliz =)