miércoles, 24 de octubre de 2007

PReMoNiCióN...

Soledad se despertó con una canción aún sonando en su cabeza. No era raro que sucediera, sin embargo la melodía poco tenía que ver con sus gustos. Se desperezó presta; sonriendo todavía por tararear esa extraña canción, y sin más, se fue a bañar.

Mientras el agua corría por su cuerpo desnudo, se dejó llevar por la tibieza con los ojos cerrados. De pronto, sin abrirlos, vio otra vez esa odiosa visión-luz-premonitoria que le anunciaba siempre alguna tragedia; la misma que años atrás le anunció la muerte de su mejor amiga cuando la vio por primera vez; la misma que causó escalofríos a su madre cuando le comentó su experiencia, y minutos después, les redobló el escalofrío a ambas, cuando se les informó de la muerte de otro ser querido... la misma que, con menor intensidad, anunció una serie de tragedias menores a la muerte... la misma que, por todas esas razones, se volvía una odiosa experiencia para Soledad.

Salió de la ducha y se vistió rápido. Despejó de su cabeza la fatal idea mientras repasaba sus actividades para el día. Debía preparar sus materiales, estudiar un poco y asistir a sus clases de siempre. Salió tarde y apresurada de su casa, por lo que pronto olvidó la idea.

Transcurrieron las horas del día sin mayores altibajos. Incluso aceptó de buena gana una fiesta que se haría en la casa de uno de sus compañeros. "¿Dónde? Mmm... ¿Pero no es un poco peligroso por allá? Es cierto, no importa... Total, no saldremos de tu casa, ¿verdad?"

Al llegar, la recibió una melodía extrañamente familiar. Claro, era la misma con la que había despertado por la mañana. Súbitamente, el recuerdo de la visión lumínica la invadió como una peste. Las palpitaciones comenzaron, primero lentamente; luego acompañadas de un zumbido. "Todo está bien", se dijo, "No saldremos de aquí, por lo que no sucederá nada a ningún ser querido" No fue necesario salir, el tiroteo comenzó en la casa vecina; tampoco sucedió nada a ningún ser querido, la bala perdida fue directamente a su cabeza. Las palpitaciones y el zumbido terminaron abruptamente, y lo único que imperó, para contrastar con el silencio de todos alrededor de Soledad, fue el compás de la música que cerró sus ojos para siempre.

A meta approximation to a Schrödinger's heartbreak.

For a long time, I thought about writing down your effect on me, and the recurrent image was the effect of the Moon over the sea, or Tides. ...